… mientras tanto el domingo sigue su curso tal y como lo hace el Mekong o el Río Amarillo o el Nilo, que en esta época del año, justo ahora, se llena de aves turistas llegadas desde todas las partes del mundo, aves que llegan agotadas después de cruzar tierras asoladas por humanos despiadados, agotadas después de cruzar mares de un impresionante color azul oscuro, el azuloscurocasinegro que se adivina desde los bordes del lago Mareotis cuando las Perseidas juegan en el espacio exterior a perseguirse y jugar al escondite… y así transcurre el domingo, con esa tranquilidad que da saber que nadie sabe nada, que todo se basa en intuiciones, en suposiciones que mezclan lo posible con lo factible con lo mágico, que si el tumor hace esto o lo otro, que si el Emperador-Cangrejo adopta esta posición o aquella, si está dotado de inteligencia como un órgano más o si solo es una excrecencia mental, si será mejor aplicar antibiótico o usar un extractor de mucosidad parecido al que se le da a los bebés cuando tienen esos síntomas que a los padres primerizos se les antoja mortales o muy mortales, si el Emperador-Cangrejo frenará su actividad, dejará de crecer y empezará a madurar, a estabilizarse, a tener ideas propias como un Tulpa, como el Tulpa de Alexandra David-Neel o solo será una imagen holográfica de un sentimiento, si solo es el reflejo imaginario de algo que parece verdadero… y es esta idea la qe me empuja a crear un Libro de Tumores y Excrecencias Variadas, un libro que no responde a ninguna pregunta y que solo es un Diccionario Imaginario de Tumores, ¿cómo funciona, se activa o se desactiva un tumor generado por un ataque de lujuria mal gestionado que desemboca en rabia, impotencia, furia, ira…?… Pero sabernos a ciegas es tan interesante, saber y aceptar que no sabemos nada más que poner nombres a fármacos, fijar un orden de aplicación y esperar resultados, quizá veinte o treinta años son necesarios para conocer, siquiera levemente, los verdaderos efectos de determinados compuestos… el fármaco que tan buenos resultados da, a menos para mi y por el momento, está formado por células vivas extraídas de ovarios sanos de una determinada especie de primate chino, algo fascinante que relaciona este tipo de investigaciones con el virus pandémico famoso que recorrió el planeta con más pena que gloria a lo largo de los veintes del veintiuno…
… y en esta espiral transcurre el domingo, ideando planes de fuga de un Hospital, un No-Lugar del que no es fácil escapar: primero te reemplazamos la ropa que llevas por la de la Institución, deja tus objetos personales en esta bolsa amarilla que debes llevar contigo en todo momento, no nos hacemos responsables de su contenido y, de alguna forma, repiten el mensaje que escuchas en estaciones de trenes, autobuses y aeropuertos, no quite el ojo de sus pertenencias. Le extraeremos sangre y analizaremos su orina, custodiaremos y estudiaremos esos datos de usar y tirar, le enseñaremos su celda, quizá esté compartida con otra persona enferma, quizá sea mejor que esté en régimen de aislamiento, quizá sea usted el tipo de enfermo que no nos gusta tener, el quejica, el que lloriquea todo el tiempo, el que está siempre a punto de ver todos sus derechos vulnerados cuando su vecino de habitación recibe la medicación antes que usted. Una vez desposeído de tus cosas y habiendo adquirido la categoría de enfermo, se hace necesario mantenerte fijo en un punto y no hay nada mejor que introducirle suero farmacológico y otros productos inocuos amarrado a una torre de distribución con forma de perchero de la que cuelgan bolsas con líquidos transparentes y etiquetas incomprensibles para legos. Una vez disfrazado con el traje hospitalario, un camisón cuyo diseño está pensado para que los circuitos de conciencia relacionados con la palabra “Ridículo” se activen y le impidan abandonar el Hospital, ya nada logrará poner fin a una serie de experimentos farmacológicos, de experimentos clínicos que varían desde la eficacia del paracetamol en casos de delirium tremens o del ibuprofeno en caso de intoxicación alimentaria por el consumo masivo de crustáceos en pésimo estado de conservación hasta el funcionamiento de determinados compuestos en personas que presentan tumores y otros cuerpos extraños asegurando que van a ser curadas….porque nadie sabe realmente nada. Porque se niega la mayor: cada uno de nosotros es único, original. Que lo que te sirve a ti quizá a mi no me funcione o no lo haga de la misma forma. Lo que quizá para ti sea absolutamente maravilloso y se venda como recurso universal salvífico, para mi sea tan tóxico como beber un litro de cianuro disuelto en un compuesto de tomillo, romero y orégano fermentado a setentaydos grados, ¡setentaydos nomás!…
… y mientras tanto, alguna enfermera-aprendiz, pregunta, me pregunta acerca de la evolución del Emperador-Cangrejo, acerca de los efectos secundarios de la medicación que están introduciendo en mi cuerpo, de los efectos primarios, de los efectos que se esperan y todo se vuelve nebuloso, abstracto y extremadamente divertido. Y hacen fotos del Emperador-Cangrejo, esa bola con un aspecto espantoso, posible candidato a ser protagonista de alguna película del hijo de Cronenberg, una bola que se mueve y cambia de color y esputa y respira y habla un idioma que no es comprensible de forma racional y que dejará de crecer… ¿o es que me va a reemplazar? Jajajajaja!!!
[continuará...]