… bonito, todo me parece bonito, si, bonito, todo es extraordinariamente bonito…
… tengo un plan para convencer a mi oncóloga de seguir un tratamiento experimental. ¿Funcionará? ¡Quien sabe!…
… se abre la puerta, entra una corriente de aire caliente y “Las solidaridades misteriosas” de Pascal Quignard…. Sí, ¡qué librazo!
…. ¿duele? No ha dolor, solo una presión. El viento sopla más fuerte, pero no duele ese dolor invernal, ese dolor frío, casi neutro de diciembre… el aire, el viento, el pelo que baila al sol, no me apetece un té, ese día que apetezca algo estará pasando. Pero no, té no, infusiones no…
… ¿duele? No. Ni siquiera se dónde empezar a buscar al dolor. ¿En la cocina? ¿En el cuarto de baño? Los movimientos se hacen lentos, pesados. Escupir, vaciar los pulmones de una masa gelatinosa se convierte en algo placentero. Leo a Quignard y establecemos una solidaridad misteriosa. Ignoraba de la pofundidad de este Quignard, de este librito…
… ¿miedo? No hay miedo. ¿A qué? El único miedo está unido a la falta de aire y esto está unido a un trauma infantil que desemboca en episodios de angustia claustrofóbica y para ello no hay nada mejor que… ¡Tatachán!¡Lorazepam en cómodas cápsulas! Y si todo falla, le añadimos un poco de morfina. Entonces todo es ficción, pura invención de mi cerebro…
… pero, ¿y mi Tulpa? ¿y el CangrejoCarmesí?… Ahí está, tratando de ajustarse, ha comprendido… ¿ha comprendido? Sí, claro que ha comprendido, ¿de verdad creen que es estúpido mi Tulpa? si mañana lograra convencer a la oncóloga del mismo modo que a carcinoma de pulmón más sarcoma de tejidos blandos, ambos son el Elefante Rosa en la Habitación Pequeña que nadie quiere ver, que todo el mundo esquiva, los únicos que no son peligrosos, los únicos que no son contagiosos… si lograra convencerla de que cooperar es mejor que destruir, que no merece la pena machacar mi cuerpo con química destructiva, que es mejor darle de comer alimentos liofilizados de astronauta, vitaminas en vena y no antibióticos, que todavía hay tiempo porque hay ganas… pero claro, CangrejoCarmesí también quiere vivir, no quiere morir como un perro, no quiere ser destruido tan pronto y de forma tan vil, si pudiera irme a mi refugio, a mi casa, dejadme a solas con él y con la Inmunoterapia, dejadme con Radioterapia, dejadme con mis libros y mi música, mi playa, mi sol, mi arena, devolvedme, yo me hago cargo y abandonad todo intento de destrucción de mi Tulpa por medios tan hostiles…
[continuará….]